Especies amenazadas, por qué es importante salvarlas de la extinción

Domingo 3 de agosto de 2014
Durante unos 3000 millones de años, las especies se ha extinguido naturalmente y el espacio que han dejado ha sido  ocupado por otra especie que se adaptó mejor a las condiciones del medio. Sin duda, este es un proceso natural y a través del cual, la especiación y la selección natural, han generado, según el biólogo colombiano Camilo Mora, profesor de la Universidad de Hawaii, Estados Unidos,  la cifra estimada de 8,7 millones de especies en nuestro planeta. De esa cantidad sólo se han identificado 1,3 millones de especies, lo que significa que aproximadamente el 86% de las especies terrestres y el 91% de las marinas aún no se han descubierto.
No obstante, con la aparición del Homo Sapiens (nosotros, los humanos), hace no más de 300.000 años, una enorme capacidad de trasformar y modificar la naturaleza se puso en manos de una especie nueva que, con el correr del tiempo, logró someter y dominar a la mayoría de las demás especies que poblaban el planeta, y modificó sus hábitat.  En la actualidad, con un Homo Sapiens que ha multiplicado enormemente  sus capacidades para modificar el medio  natural, se extinguen día a día, minuto a minuto y en algunos casos  sin que la humanidad llegue a conocerlas,  especies de plantas, animales, hongos, líquenes, protistas, bacterias, arqueas y  virus.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) es la organización medioambiental global más grande y más antigua del mundo, creada en 1948. La UICN publica desde el año 1963,  las listas Rojas de Especies Amenazadas. La información de la Lista Roja indica que la fuente de nuestros alimentos, medicinas y agua potable, además de los medios de subsistencia de millones de personas, podrían estar en riesgo con la rápida disminución de las especies animales y vegetales del mundo. La Lista muestra que de las 63.837 especies evaluadas 19.817 están amenazadas por la extinción, incluyendo el 41% de los anfibios, 33% de los corales formadores de arrecifes, 25% de los mamíferos, 13% de las aves y 30% de las coníferas. La Lista Roja de la UICN es un indicador crítico de la salud de la biodiversidad del mundo. En América del Sur, son 14.060 especies evaluadas bajo los criterios de la Lista Roja de UICN, donde 4.445 se encuentran como amenazadas de extinción (es decir casi el 32% de las especies evaluadas). El número de las más críticamente amenazadas asciende a 665.
Estas listas suelen ser criticadas en algunos ámbitos por la falta de referencias de la información presentada o pueden generar confusión porque una especie puede estar en un nivel de amenaza a nivel global, pero en otro nivel (menor o mayor), a nivel nacional o regional. No obstante, las mencionadas críticas las Listas rojas son sin duda el principal elemento que permite a los gobiernos y las ONGs definir prioridades en los programas de conservación.

Razones para conservar
Ahora bien, cuáles son las razones para conservar las especies y evitar su extinción, a modo de reflexión me permito exponer algunas de ellas: Todo ser viviente, tiene derecho a seguir viviendo, no puede una especie animal dotada de raciocinio y capacidad de modificar la naturaleza tomar la decisión de exterminar otra especie (razón ética).
En muchos casos desconocemos el potencial benéfico que las especies que se extinguen o se encuentran altamente amenazadas pueden tener para el desarrollo humano, puede ser fuente de medicinas, alimento, proveedoras de insumos para la industria, controladoras biológicas de otras especies perjudiciales para los cultivos o para la salud, polinizadoras, claves para la fertilización de los suelos, útiles para la descomposición de la materia orgánica, etc. (razón económica o antropocéntrica).
Quienes comparten la teoría creacionista, a partir de la cual todos los seres vivos fueron creados por Dios (en la figura que le han dado las diversas religiones), no deberían tomarse el atributo de permitir que parte de esta creación desaparezca, lo que Dios crea no debería ser destruido por el hombre (razón teológica). Perder una especie, implica una disminución de la biodiversidad, la cual  enriquece el suelo, limpia el agua y hasta crea el aire mismo que respiramos, es decir nos brinda Servicios Ambientales.
 Cada vez que se extingue una especie, esos valores se vuelven más inestables. Cada especie es algo así como la pieza de un gran rompecabezas (razón ecológica y funcional).
Por estas razones, muchos científicos del mundo, el país y de Misiones estudia las especies amenazadas y proponen medidas para asegurar su conservación. Aquellos que estamos comprometidos con la conservación de las mismas estamos invitados a conocer su trabajo y a sumarnos a su lucha.


Opinión
Manuel Jaramillo
Ingeniero Forestal.
Coordinador del Programa Selva Paranaense  de la Fundación Vida Silvestre Argentina



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