Herederos de las EFA

Domingo 13 de marzo de 2016 | 21:00hs.
Foto: Natalia Guerrero
Gerardo San Juan es maestro de Enseñanza en el Trabajo en la localidad de 9 de Julio, a unos cuantos kilómetros de Eldorado. Mariana Gribeler está en la recta final de la Tecnicatura en Higiene y Seguridad, trabaja en una forrajería en San Pedro y le dedica su reserva de energía, en su tiempo libre, al trabajo en la chacra. María Alejandra Bechmann es agricultora y docente en Aristóbulo del Valle.
Cada uno tiene su propio anecdotario, seguramente con infinitas diferencias. Pero en sus vidas se cruza una experiencia particular que les sirvió para forjar su futuro. Gerardo, Mariela y María Alejandra son egresados de las Escuelas de Familias Agrícolas (EFA).
A 30 años de la implementación de las EFA en Misiones, El Territorio salió a buscar a sus graduados. A aquellos que rechazaron la idea de migrar y optaron por quedarse en su lugar, ya sea en la chacra o bien ejerciendo la docencia. Ellos son los discípulos, los abanderados, los herederos de un modelo educativo que rompe los esquemas convencionales.
Cierto es que el contexto no contribuye demasiado a evitar el éxodo rural. Los bajos precios para los productos, las distancias, los malos caminos y la ausencia de servicios y de recursos, muchas veces obligan a los flamantes egresados a dejar su hogar y rumbear para otros pagos en busca de mejor suerte. Se estima, extraoficialmente, que solo un 15 por ciento de los que egresan se quedan en la colonia.
Los alumnos de las EFA, además de aprender ejercicios matemáticos y reglas de ortografía, adquieren herramientas para trabajar la tierra. “De hambre no nos vamos a morir” dicen, por ejemplo, los sampedrinos, con la seguridad que le concede el conocimiento y la voluntad de sus manos.
A nivel provincial, el número de egresados supera los 7 mil. Y se mantiene en la actualidad un promedio anual de 450 jóvenes que terminan sus estudios en estos establecimientos que, en realidad, representan un hogar – escuela. Justamente, las EFA se distinguen por su sistema de alternancia, que permite al estudiante pasar parte del mes en la escuela, que cuenta con albergue, y otro tiempo en la casa, donde ayuda en las tareas del campo y recibe la visita de los docentes tutores.
Una de las fortalezas de estas escuelas es la posibilidad de brindar formación a jóvenes y organizaciones del medio rural. Teniendo en cuenta el acompañamiento y trabajo articulado con las familias y otros aspectos propios del proyecto pedagógico, los indicadores de egreso surgidos a partir de los datos del último año señalan un porcentaje de 64,26% de egresados. Otro punto a destacar es la baja tasa de repitencia y abandono. Y hay más: como su rasgo distintivo es el trabajo codo a codo con los padres, se estima que las EFA involucran la participación activa de unas 3 mil familias en Misiones.
Por supuesto que hay zonas en la provincia donde los índices son menores y otras donde son mayores, de acuerdo a varios factores que intervienen, como la situación y la movilidad socio-laboral de los padres, problemáticas propias de los adolescentes, de las familias.
Si bien la idea inicial data de mediados de la década del 70 ,cuando el padre José Marx promovió su apertura, los primeros pasos de las familias pioneras fueron en 1985, fundamentalmente en las zonas de San Ignacio, Colonia Domingo Savio, Alberdi, Campo Viera y Capioví.
En la provincia hay 23 EFA, de las cuales una está en proceso de apertura. Además hay otras tres instituciones que forman parte del movimiento, que son una Escuela de Educación Intercultural Bilingüe de nivel secundario y dos instituciones de nivel superior de formación docente.
Estas instituciones están federadas a nivel provincial en una asociación civil denominada Unión de Escuelas de la Familia Agrícola de Misiones (Unefam) y están contenidas en una fundación que lleva el nombre del padre José Marx, junto a las escuelas bilingües y otras instituciones.


Padre José Marx, el fundador
El sacerdote José Marx, de la Congregación del Verbo Divino, nacido en Alemania, llegó a Puerto Rico en 1964. Desde el inicio de su misión pastoral en la tierra colorada se preocupó por el acceso a la educación y la promoción social de los más humildes, productores chacareros e indígenas. Movilizó todos sus contactos para hacer posible la primera EFA en la provincia, y que con este proyecto, jóvenes de los medios rurales se capacitaran y estudiaran sin alejarse de las chacras.  
Luego, continuó generando comunidades de base para avanzar en nuevos proyectos educativos y de acceso a la salud.  El 22 de junio de 2009, el querido religioso falleció a los 74 años, en la casa que habitaba en Ruíz de Montoya, como consecuencia de un paro cardíaco.
En el inicio de ese mismo año había logrado poner en funcionamiento la primera Efag, una escuela de la familia agrícola guaraní en Roca, para que los jóvenes mbya puedan estudiar la secundaria.

Por Griselda Acuña
interior@elterritorio.com.ar


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