La profesionalización del agricultor, un desafío para evitar el éxodo rural

Domingo 13 de marzo de 2016
Skripczuk: “La enseñanza se identifica con lo que hacemos en la colonia”. | Foto: Jorge vázquez
Hugo Da Silva, rector de la EFA Jesús de Galilea encabeza un equipo en permanente monitoreo de las Escuelas de Familia Agrícola (EFA). El establecimiento a su cargo en Dos de Mayo hace punta en la oferta terciaria desde hace varios años. Por eso también ellos registran jóvenes provenientes de toda la provincia.
“Una teoría que sostiene que las EFA nacieron para evitar el éxodo rural, y en su época algo incidió. Pero los tiempos y las situaciones cambian, por varios motivos. En nuestra zona por ejemplo porque con el tiempo las familias se ven obligadas a subdividir en parcelas menores sus chacras de 25 hectáreas, para una familia tipo de tres hijos, que a veces llegan a ocho. Por otra parte, la falta de oportunidad en las colonias: los bajos precios para sus productos, las distancias, los malos caminos, la ausencia de servicios y de recursos. Entonces nosotros ponemos énfasis en la capacitación, en darles títulos con valor agregado, formación profesional ayudando a que se retenga la gente en su lugar. Ahora estudian para ser alguien”.

Diagnósticos
Tanto Da Silva en Dos de Mayo como Jorge Skripczuk, quien preside el Consejo Directivo de la EFA San Bonifacio de Aristóbulo del Valle, consideran valioso “el diagnóstico bianual que hacemos con participación de entidades afines, gremios, instituciones afines, cooperativas, municipios. Y nos re-preguntamos ¿qué rol deben cumplir las EFA en sus medios? Para Da Silva, “por eso la formación profesional es un aporte, sino apenas el 10 por ciento regresa a las chacras para quedarse. La única manera de quedarse es mejorando su calidad de vida; nosotros apuntamos a la profesionalización del agricultor. Al que sale de acá le va a ir mejor en el campo y en la chacra, se va entrenado para saber gestionar, administrarse, mejorar su labor y producción,”.
Interrogado acerca de si la universidad baja al campo a investigar esos fenómenos, propone fórmulas intermedias, Da Silva fue contundente “Hay un eslabón perdido, falta el nexo entre la universidad y el agricultor, el técnico medio y el técnico superior son esos eslabones. Entre lo científico por un lado y por el otro la difícil realidad del productor, encontramos dos universos totalmente separados”.
Tal vez por eso la EFA de Dos de Mayo incluye en su oferta académica terciaria tecnicaturas superiores en las especialidades Forestal, Agrícola, Ganadera. Y de formación profesional en Electricidad Domiciliaria, Albañilería, Corte y Confección, Operador de PC, Cocina y Gastronomía, Danzas Folclóricas Argentinas, Industria Artesanal, Auxiliar en Carnes y Vegetales, entre otros. Duran un año y dictado una vez por semana. Desde hace seis años producen una revista bimestral técnica y didáctica que además del universo institucional llega a las chacras en las colonias, y ahora se autofinancia.

“Traje a mis cinco hijos a la EFA”
Al momento de explicar su experiencia, Skripczuk quien además es presidente de la Cooperativa Apícola e integrante de la mesa de Unefam reveló: “Traje a mis cinco hijos porque la enseñanza se identifica con lo que nosotros hacemos en la colonia, cada quince días lo que aprenden en teoría vienen a aplicar en la chacra con los padres. También juega el menor costo porque mandar de la colonia al pueblo tiene un alto gasto, la ciudad es cara. Otro tema es el plantel docente, muy comprometido. Mi hijo mayor Adrián entró a la EFA desde 7º grado está identificado con el sistema”.
Aunque todos sus hijos pasaron o están en la EFA, se encuentran estudiando para profesionalizarse docentes: además de Adrián en Capioví está Silvina Soledad (20), Fernando (19) profesorado de Educación Física en Salto Encantado, y Noela (17) y Gabriela (14) en la San Bonifacio aristobuleña. Sin embargo, sostiene: “Los chicos en las vacaciones ayudan en la chacra familiar aplicando las técnicas aprendidas y las nenas en la casa”.



“Noto que eligen esta escuela porque es útil para la vida”

Eldorado (Corresponsalía). La EFA San Conrado de la localidad de 9 de Julio está próxima a cumplir 22 años de labor. A lo largo de esos años cursaron los estudios en esta institución alrededor de 600 alumnos, de los cuáles unos 200 lograron egresar.
Gerardo San Juan es uno de esos 200 egresados y actualmente se desempeña como Maestro de Enseñanza en el Trabajo (MET) en el establecimiento. “Mi familia originalmente no tenía chacra. Nos mudamos a Santiago de Liniers cuando yo era chico y ahí me familiaricé y me gustó el trabajo en la chacra. Ese fue el motivo por el cual me decidía a estudiar en la EFA”, explicó.
“Comencé en el año 1998, y egresé en el 2003. Lo bueno que tiene el sistema de estudio es que me permitía practicar todo lo que aprendía en la chacra que teníamos. Recuerdo que éramos unos 25 estudiantes los que empezaron conmigo de los cuáles 17 egresamos. Muchos se dedicaron al trabajo rural, mientras que otros se desempeñan en otras tareas”, añadió.
Tras cuatro años de egresado tuvo la oportunidad de incorporarse al plantel de la escuela.
“Ingresé como MET en el año 2007, cuatro años después de egresar. Lo que noto es que la mayoría de los chicos que hoy cursan lo hacen porque quieren cursar en una escuela de éstas características ya que su familia tiene chacra y les es muy útil, ya que están quince días en la escuela y quince en sus casas donde pueden aplicar lo aprendido; y que son los menos los que asisten porque es la escuela que les queda más cerca”, contó.
En cuanto a la producción actual de su chacra, explicó: “En la chacra que poseo tenemos producción hortícola, aves, leche, fabricamos dulces, etcétera. Es variada la producción, y tenemos un puesto en la Feria Franca de Eldorado, donde vendemos los productos”.
Por último, sin dudas, dijo que “yo les recomendaría a todos los hijos de colonos y chacreros que estudien en la EFA. Siempre les va a servir lo aprendido para poder aplicarlos en sus casas”.


“Quiero quedarme acá, apegado a mi tierra y por mi historia familiar”
Aristóbulo del Valle (Corresponsalía).Daniel Woitaczin (22) vive en Picada Propaganda Aristóbulo del Valle, a cinco kilómetros de la ruta nacional 14. La antigua casa de mampostería a orillas del camino vecinal tiene arriba un cartelito del año de su construcción: 1956. “Abandoné la EFA adeudando dos materias, porque murió papá y como único hijo debí hacerme cargo de la chacra y acompañar a mamá”. Planta eucaliptos, cosecha yerba mate, cría pollos y cerdos para consumo y alguna venta, tienen reserva de agua pero está cavando estanque para criar peces. Se mueve en moto al centro porque ayuda a su mamá Wlondina (56) acarreando mercaderías para un kiosco rural que “es la pata que sostiene la vida, si es sólo con la chacra no alcanza”.
Daniel aplica todo lo aprendido en la EFA en una quinta de 25 y una complementaria de 5 hectáreas. “También hice corral de chancho, sembramos maíz, mandioca, tabaco. Mamá y yo. Incluso un corral de vacunos. Algunas de estas cosas las hicimos mediante en plan Fines que canalizó la EFA San Bonifacio y aunque “la chacra está difícil, yo quiero quedarme acá, no sólo por mi historia familiar sino esperanzado en mantenerme apegado a la tierra”, señaló el joven. Desde sus abuelos los Woitaczin son un apellido tradicional en esta antigua picada aristobuleña.
María Alejandra Bechmann ( 27), por su parte, es egresada de la EFA de Aristóbulo del Valle y hoy se desempeña como agricultora y docente. “Mi esposo es el agricultor, yo acompaño, no tenemos personal” contó y agregó: “La EFA te da todas las herramientas para poder vivir en el campo y del campo, enseña a mejorar tu estándar de vida, le acerca recetas al pequeño productor y le enseña a mejorar su trato con la tierra y con los cultivos”.

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