Sagrada resurrección

Domingo 20 de abril de 2014
Con el cartucho lleno. | Barinaga marcó un doblete para el festejadísimo triunfo de la Franja, que ganó un partido muy duro para alimentar sus chances de conseguir el primer ascenso al Nacional B. | Foto: Sixto Fariña
Como si fuera una obligación, Guaraní tuvo que sufrir muchísimo para sacar adelante su partido contra San Martín, rival contra el cual arrancó en desventaja, lo dio vuelta y luego tuvo que marcar nuevamente para dejar en casa tres puntos vitales en el sueño del primer ascenso.
Fue 3 a 2, con un Cristian Barinaga enorme y trascendental. El 10 marcó dos de los tres (el restante fue de Vester) y la Franja alcanzó la punta en la 7ª fecha del nonagonal del Argentino A. Ahora sabe que debe esperar, pero el deber se cumplió a rajatabla.
El mal inicio al que se vio sometido Guaraní fue un golpe duro a las aspiraciones de arrancar ganando en casa. San Martín aprovechó la velocidad que intentó el local y encontró la ventaja desde un lateral, un error que en el fútbol de hoy se ve pocas veces.
Fue Silba el encargado de darse vuelta en el área, aprovechar la reacción tardía de la defensa franjeada y definir con un zurdazo al segundo palo de Cosentino, otro de los sorprendidos en el amanecer del partido. Iban tan sólo dos minutos y los de José María Bianco debían remar desde atrás.
Tardó en encontrar su juego, pero cuando lo hizo, Guaraní mostró cosas muy interesantes. Siempre dependiente de Barinaga (no por un planteo que así lo requiere, sino porque el 10 está en su mejor nivel y es una pieza fundamental), Guaraní tomó el balón y empezó a hacerlo rodar.
Sin embargo, otro golpe pidió permiso en Villa Sarita. No fue un gol, pero la salida prematura de Albarracín, en el primer cuarto de hora de juego, significó un cambio en el fondo. El gol hizo lógico el juego. San Martín se entregó al compromiso de aguantar atrás y salir de contra, esa modalidad que es sólo para especialistas. Por eso Guaraní fue al frente y luego de dos centros mal ejecutados, Pereyra bajó de cabeza para que Barinaga, goleador insaciable, marque el 1-1.
Inmediatamente después del gol, Martínez golpeó en el rostro a Barinaga y lo mareó. Fueron minutos de incertidumbre para la Franja, que se disiparon luego de que el 10 reaccionó con su segunda ocasión, esa que llegó al final del primer tiempo y que por una cuestión de centímetros no terminó siendo el segundo del local.
Esos centímetros que le faltaron para definir en el primer tiempo volvieron a escasear cuando en el complemento Guaraní llegó por primera vez. Es que Narese tiró un centro desde adentro del área y al 10 le faltó, esta vez, desde arriba.
Tras ello, Lescano sorprendió a todos a los 10’. Vio adelantado a Cosentino y desde la mitad de la cancha casi la metió ante la vuelta del 1, que se tuvo que esforzar de imprevisto para sacar ese envío. La contestación llegó: un centro de Barinaga sobró a Noir, que en diagonal estuvo muy cerca.
Cada pelota parada significaba peligro para San Martín. Guaraní sabe que cuenta con Noir y cuando el 9 no está, puede aparecer Vester. El 2, que marcó el primer gol de la temporada de Guaraní, saltó más alto que todos y puso el 2 a 1, que habló del merecimiento en la cancha. Guaraní fue mucho más y el gol dio justicia.
Al fútbol eso le importa muy poco, y a San Martín también. Diez minutos después del gol de Vester, Fernández le ganó la lucha a Noce y cabeceó a la red. En el medio hubo un mal cálculo de Cosentino, que mezquinó la estirada y se sorprendió con el ingreso del balón.
Pero Guaraní tiene un distinto, uno que se pone el equipo al hombro, que saca pecho y que no se achica. Anoche, Barinaga tomó aire cuando a muchos le faltaban, dejó a tres en el camino y definió cruzado para el 3 a 2. Sufrido pero merecido.

Por Emiliano Andreoli