Piden justicia por una supuesta mala praxis

Miércoles 20 de agosto de 2014
“Lo que le hicieron a mi nena fue una carnicería. No tienen perdón de Dios”, lamentó María Ester Fernández, al cumplirse ayer cuatro años del fallecimiento de su hija Marlene Batista (18), cuyo deceso se produjo después de dar a luz por cesárea.
Los familiares consideran que la joven fue víctima de fallas en la atención por parte de los profesionales que en primera instancia la atendieron en una clínica privada de esta localidad, aunque fue trasladada y dejó de existir en el Hospital Samic. Denunciaron un supuesto caso de mala praxis, pero pasaron los años sin novedades.
Ante la falta de respuestas, la señora Batista adelantó que en los próximos días se manifestarían frente a la clínica privada donde atendieron a su hija. “Mi hija tuvo un embarazo hermoso, sin ningún problema. Pero de golpe los médicos dijeron que se complicó y todavía no sabemos por qué, pero tenía sólo 18 años y falleció después de cuatro operaciones”, recordó.
Contó que “en los días previos al parto le realizaron los controles y estaba todo bien. Un viernes le hicieron una ecografía y a la tarde se sentía muy mal. La doctora dijo que eran dolores normales, que no hacía falta internarla.  Pero el cuadro continuó y el sábado quedó internada en una clínica de avenida José Ingenieros”. Los dolores abdominales cesaron y la médica que trataba a Marlene habría corroborado su buen estado. “Pero el domingo le hicieron otra eco y ahí dijo que tenían que hacerle una cesárea, porque no tenía una gota de líquido y no se explicaba cómo”, señaló la madre. Tras la cesárea, el bebé fue derivado a neonatología y la madre a una habitación, después se comprobó que tenía una hemorragia. Fue sometida a una segunda intervención y le sacaron el útero, “sin autorización de la familia”, denunciaron. A las pocas horas se confirmó su muerte.