Intangibles

Miércoles 3 de septiembre de 2014

La publicación de las fotos de cazadores furtivos con sus presas exhibidas como trofeos, generó una fuerte reacción en la sociedad misionera en contra de estas prácticas. En las imágenes que primero aparecieron en las redes sociales y fueron publicadas por este diario el fin de semana se veían pecaríes (tatetos), un venado, un tapir o anta (monumento natural provincial), faenados. Al punto que el Ministerio de Ecología volvió a pedir ayer sanciones legales más duras para este tipo de prácticas (pág. 6).
El tema vuelve a la agenda política y se instala socialmente por el fuerte impacto de las imágenes. Pero, y esto las autoridades tendrán que admitirlo, es una práctica que no es nueva. Las incursiones de caza son normales en pueblos del interior, sobre todo en aquellos que lindan con las reservas forestales. La situación extrema se vive sin embargo en la frontera con el Brasil, donde la reserva de la biósfera del Yabotí se convirtió en el principal abastecedor de animales exóticos para el vecino país.
La modificación de las normas para castigar con penas a los cazadores furtivos es solo una de los distintos abordajes que tiene el problema y probablemente el  más lejano. Lo que se puede hacer ya (y convengamos que los recursos están presupuestados) es trabajar en la prevención y en crear conciencia ambiental, algo que pareciera no existir en algunos ciudadanos de Misiones.

Conservar la naturaleza, con su riqueza de flora y fauna, es algo que no puede ir separado del perfil turístico que construye la provincia. Son intangibles que deben ser preservados con conciencia y compromiso.

Roberto Maack
Jefe de Redacción
rmaack@elterritorio.com.ar