"La autogestión de las bandas triunfó"

Viernes 31 de octubre de 2014
Testimonial. | En el 2013 fue candidato testimonial para el FpV de Buenos Aires. Aunque dice que la política “no lo haría feliz”.

Cristian Aldana es el rebelde punk que gritó “¡la cumbia es una mierda!” en un recital de El Otro Yo (EOY), una banda que lleva más de 25 años en escena. Aquella aclamación agresiva apuntaba a la cumbia villera, que “representaba la ignorancia de un pueblo devastado”, dijo Aldana. Aunque admitió que hoy no diría lo mismo.
Aldana es uno de los artífices de la Ley Nacional de la Música, la que -asegura- funcionará a pleno en pocos meses.
El domingo tocará a las 20 con EOY, en el club Alemán de Posadas, para una gira que también los llevará a países donde nunca antes habían visitado. Después de ser candidatura testimonial por el Frente para la Victoria, advierte que “la única forma de cambiar es a través de la democracia”.


¿Cuál es el presente de EOY?
Estamos encarando dos proyectos que son muy importantes para nosotros que es en principio la gira Punkizante/ Alternizante, que es esta, que nos está llevando prácticamente por todo el país, donde vamos a tener la posibilidad de ir a Misiones. Es una gira que está armada para hasta casi fin de año y después, supongo que el año que viene, vamos a ir agregando más ciudades a las que no hemos ido. Por otro lado estamos con la gira mundial que arrancó este año en Perú. Se sumó Uruguay y vamos a estar por primera vez en Paraguay, luego en Chile.

Fuiste uno de los principales referentes del indie hace más dos décadas. ¿Cómo ves la escena de hoy?
Veo que la autogestión de las bandas musicales triunfó. En ese momento me acuerdo que soñaba con una revolución musical, me imaginaba con pequeños Redonditos de Ricota, que eran como referentes de lo independiente en toda la República. Y hoy, por ejemplo en la Unión de Músicos Independientes (UMI), del que soy fundador, hay más de 6 mil bandas asociadas. No sólo de rock. De folclore, de tango, jazz, de música electrónica, de punk. Todos los estilos. Por eso considero que la autogestión hoy en día ha triunfado. Hay una diversidad de músicos impresionante y de música, de bandas que tienen tanta pasión que son capaces de editar sus propios discos, armar sus shows. Así como hacemos nosotros con EOY.

En una época maldecías la existencia de la cumbia. ¿Todavía pensás lo mismo?
En realidad es para analizar ese grito, que fue decir “la cumbia es una mierda”. Hay que analizar el momento social de la República Argentina. Porque fue un grito generacional y no referente, en contra del estilo musical. Sino de lo que estaba pasando. Nosotros sentíamos muy fuerte que la cumbia representaba la ignorancia de un pueblo que estaba siendo devastado claramente en esa época. Luego de eso vino el 2001. Porque eso fue en el 2000. Fue como un anuncio. En la grabación se escucha a toda una gente gritando a favor. Fue como muy instantánea la situación de ese grito. Para poder entenderlo creo que hay que entender el momento social de esa época. Hoy no representa el grito de “la cumbia es una mierda”. Creo que tiene que ver con eso. Tenía que ver con lo musical y todo lo que nos estaba pasando. Creo que suena hasta como discriminatorio. Y no estoy de acuerdo con discriminar, no me parece bien. Pero en ese contexto tenía como un sentido muy clave.

Siendo uno de los artífices de la Ley Nacional de la Música. ¿Cuál es su situación actual?
El Instituto (Nacional de la Música) nació. Está empezando a desarrollarse. Es un instituto que nace y que tiene un desarrollo burocrático lento. Porque tarda un poco en avanzar. Pero calculo que de acá a tres meses se va a empezar a agotar la presencia del instituto como fomento en toda la República Argentina. Al frente está Diego Boris y Celsa Mel Gowland, que son dos referentes también de la música independiente. Diego estuvo, por ejemplo, en la creación de la UMI. Estuvimos juntos cuando se armó. Está buenísimo. Porque tiene una mirada muy clara de la música independiente. La verdad que fue un logro muy importante para la música. Porque fue lograr como el teatro o el cine en su momento. Que es lograr que la música también sea tomada como arte. Que también necesita de un fomento, como el cine y el teatro. Así que es un logro muy importante.

¿Qué se necesita para su aplicación en las provincias como Misiones?
Lo importante es que es una ley muy federal. Y apunta a que las organizaciones de músicos, con personería jurídica, de cada provincia participen en el proceso de distribución de los beneficios del instituto. Se hizo un laburo re importante de charlas en todas las provincias. Sé que Diego estuvo en Misiones contando del instituto, e incentivando a que en Misiones se junten los músicos y armen sus asociaciones. Porque todas las cuestiones es que cada asociación tenga su identidad propia. Porque cada ciudad tiene su movida, tiene su forma de ver la carrera musical. Así como existe la UMI de Capital Federal existen asociaciones en todo el país. Y lo ideal que en Misiones también se junten los músicos y generen su propia asociación.

¿En qué quedó tu postulación a diputado por Buenos Aires?
Fue como un apoyo, parte respecto de, cómo te diría, un lugar de convicciones. De mis propias convicciones. Me parecía bueno participar de una lista. Se proponía una lista muy variada donde estaba la directora del Incaa. Había un filósofo; Alex (Freyre), de matrimonio igualitario. Estaba bueno pensar en que la democracia no sólamente hay que ser abogado para postularse. O arquitecto o ingeniero. Sino, como todos somos parte de esta sociedad, está bueno que todos podamos participar. Desde ese lugar me parecía interesante. Si bien yo pedí estar en el último puesto de la lista. Porque no era de mi interés lograr una banca como diputado o como centro de una gestión de gobierno. Porque lo mío es la música, tocar y girar. Estuvo muy buena la experiencia. La gente en la calle, se generó como.... gente que me amaba, se sacaba fotos. Gente que no sabía si putearme y sacarse una foto de todas maneras. Fue como una de las cosas más punks que hice en mi vida. Después de los 90, de cansarme de putear en las puertas de las instituciones y que nunca cambie nada, de golpe descubrí que a través de la herramienta política se pueden lograr los cambios de las cosas que no nos gustan. Como por ejemplo de la Ley Nacional de la Música es una forma de decirle a los chicos más jóvenes que ese es el camino. El tema de putear en la puerta, en los 90, nunca resolvió nada. Quedó ahí. La única forma de cambiar es a través de la democracia y en paz. Ese es el camino. Fue así que estuve ahí. En la postulación. Fue ese momento. No es lo que busco para mi vida. Mi vida es la música, girar y no estoy buscando una banca política. Ni me haría feliz.