Biocombustible: más producción y mayor consumo interno

Sábado 26 de julio de 2014

Basado en derivados de materias primas de origen agropecuario, la capacidad productiva agroindustrial de biodiesel argentino está entre las primeras del mundo, con una capacidad instalada de producción de 4 millones de toneladas al año. Un mejor escenario de producción tanto para la exportación como el consumo interno acrecienta las oportunidades para explotar la actividad en distintos puntos del mapa nacional, incluso en Misiones.
En ese sentido, desde el Ingenio San Javier se apuesta a la diversificación y a obtener biocombustible como subproducto del ingenio (ver "Apuntan a elaborar...").
Las medidas adoptadas por el Gobierno para reimpulsar las exportaciones de biodiesel están surtiendo efecto. Las exportaciones del biocombustible mostraron una buena recuperación en junio con una suba de las ventas del 274% respecto del año anterior.

Cabe recordar que en abril, el Congreso de la Nación sancionó la ley que exime de impuestos internos al biodiesel, pero además las compañías lograron que se redujeran los derechos de exportación a la mitad, al llevar la alícuota móvil al 11%.
Pero las oportunidades también existen para el mercado interno, ya que la Secretaría de Energía fijó en 10% el corte de bioetanol y biodiesel en las mezclas con naftas y gasoil.
Argentina posee una capacidad instalada de producción de 4 millones de toneladas de biodiesel, y hasta hoy, casi 850 mil se volcaban al mercado local.
La suba en el corte de gasoil con biodiesel elevó de 21 a 33% la utilización de la capacidad instalada de la industria para abastecer el consumo interno, "sin impacto en los costos actuales de los combustibles", según señalaron desde  la Secretaría de Energía.
Cabe señalar que, a diferencia de los combustibles fósiles, que provienen de la materia orgánica acumulada durante enormes períodos de tiempo, los biocombustibles provienen de una fuente renovable y pueden presentarse en estado sólido, líquido, gaseoso.
La biomasa es la materia orgánica que constituye todos los seres vivos, sus productos y desechos. Se dice que es una fuente de energía renovable porque su formación no lleva miles de años, y por lo tanto la tasa de utilización no es mucho mayor a la de su formación, señala un trabajo realizado por Argenbio.
Los principales tipos de biocombustibles se dividen en sólidos, que incluyen la paja, la leña, astillas, briquetas y el carbón vegetal; y entre los líquidos figuran los distintos alcoholes, biohidrocarburos, aceites vegetales y ésteres derivados y el aceite de pirólisis y los gaseosos como el gas de gasógeno, el biogás y el hidrógeno.
Respecto a los sólidos, en gran parte del mundo, la leña (o carbón vegetal) que se obtiene a partir de la madera sigue siendo el principal biocombustible empleado para la cocina, la calefacción y la luz. Esta fuente de energía es un recurso renovable si se obtiene a partir de bosques convenientemente reforestados, destaca el trabajo citado.
 Asimismo, muchos vehículos utilizan biocombustibles a base de metanol y etanol mezclado con gasolina. Se puede obtener etanol a partir de la caña de azúcar, de la remolacha o del maíz. En algunos países, como la India y la China, se produce biogas a partir de la fermentación natural de desechos orgánicos (excrementos de animales y residuos vegetales). En varios puntos de Misiones y del país se llevan a cabo experiencias para la obtención de este tipo de biocombustible. Además, este año en Santa Ana se abrió una planta dedicada a la obtener combustible a partir de residuos forestales (ver "Biorefinería en...").
Cabe recordar que otra fuente importante de biocombustibles son los aceites de los cultivos oleaginosos, como la soja, el girasol y la colza, que pueden convertirse en biodiesel.
En cuanto a la obtención de los biocombustibles, según la naturaleza de la biomasa, y el tipo de combustible deseado, se pueden utilizar diferentes métodos para obtener biocombustibles: mecánicos (astillado, trituración, compactación), termoquímicos (combustión, pirólisis y gasificación), biotecnológicos (fermentación y digestión microbiana anaeróbica) y extractivos. 

El biodiesel
El biodiesel es un éster que puede producirse a partir de aceites vegetales, como el de soja, colza, girasol y otros, y también a partir de grasas animales. Su elaboración se basa en la reacción de transesterificación de los glicéridos, utilizando catalizadores. Estos ésteres metílicos o etílicos (biodiesel) se mezclan con el diésel convencional (o gasoil) o se utilizan como combustible puro en  cualquier motor diésel.
Este biocombustible tiene una cantidad de energía similar al diésel de petróleo pero es un combustible más limpio, y puede ser utilizado por cualquier tipo de motor diésel  (en vehículos de transporte, embarcaciones, naves turísticas y lanchas), sólo o como aditivo para mejorar la lubricidad del motor.

El biogás
Para la obtención de biogás se pueden utilizar como materia prima los excrementos animales,la cachaza de la caña de azúcar, los residuales de mataderos, destilerías y fábricas de levadura, la pulpa y la cáscara del café, así como la materia seca vegetal. “Esta técnica permite resolver parcialmente la demanda de energía en zonas rurales, reduce la deforestación debido a la tala de árboles para leña, permite reciclar los desechos de la actividad agropecuaria y es un recurso energético limpio y renovable, destaca Argenbio en su informe.
El biogás que se desprende de los tanques o digestores es rico en metano, que puede ser empleado para generar energía eléctrica o mecánica mediante su combustión, sea en plantas industriales o para uso doméstico.
Cabe recordar que el año pasado investigadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) lograron recolectar, purificar y comprimir los gases que emiten los bovinos para utilizarlos como fuente energética.
"Una vaca emite alrededor de 300 litros de metano por día, que pueden ser utilizados para poner en funcionamiento una heladera de 100 litros de capacidad a una temperatura de entre 2 y 6 grados durante un día completo", explicó en ese entonces Ricardo Bualo, uno de los técnicos que participa del proyecto.
Los especialistas del grupo de Fisiología Animal del Inta Castelar demostraron que es posible capturar ese metano, transformarlo en biocombustible y utilizarlo para generar luz, calor, alimentar una heladera y hasta el motor de un auto. Según Bualo, el biometano purificado y comprimido puede ser utilizado para generar energía calórica, lumínica y motriz.

Los beneficios 
Para Argenbio, el uso de biocombustibles como fuente de energía renovable puede contribuir a reducir el consumo de combustibles fósiles, responsables de la generación de emisiones de gases efecto invernadero. Además, son una alternativa viable al agotamiento ya sensible de energías fósiles, como el gas y el petróleo, donde ya se observa un incremento en sus precios. Se producen a partir de cultivos agrícolas, que son fuentes renovables de energía y pueden obtenerse a partir de cultivos propios de una región, permitiendo la  producción local del biocombustible. También permiten disponer de combustible independientemente de las políticas de importación y fluctuaciones en el precio del petróleo.
Argentina presenta ventajas para el desarrollo de un mercado de biocombustibles. Principalmente, posee uno de los complejos aceiteros más importantes y competitivos del mundo, además de ingenios azucareros que producen etanol a partir de caña, y un complejo maicero sumamente eficiente.

La soja
Para Mario Bragachini, especialista del Inta Manfredi, Córdoba, la industria de bioenergía más desarrollada en la Argentina es la del biodiesel en base a aceite de soja. “En 2011, el 34% de la producción local de aceite de soja se destinó a biodiesel, por lo que quedó un saldo de aceite del 66%, que representaron unas 4,7 millones de toneladas”.
Si se considera la producción total de grano de soja en la Argentina, el biodiesel representó el 24%. La diferencia entre la producción efectiva y potencial de aceite está dado por la exportación de grano no procesado –cerca del 15%– y por el consumo interno del grano de soja procesado en las plantas de prensado-extrusado, que extraen menos aceite al poroto de soja.
“Existe un gran potencial de incremento en la producción nacional de biodiesel, por la transformación del grano que hoy se exporta sin valor agregado y del aceite de soja que hoy se comercializa como crudo”, señaló Bragachini.
El desarrollo no se limita al biodiesel de soja sino también al bioetanol de maíz, sorgo y caña de azúcar, como también al biogas de biomasa vegetal y efluentes de actividad pecuaria, al igual que otros residuos orgánicos de diferentes procesos. De acuerdo con Bragachini, “en un futuro cercano se podrá incrementar la producción de bioenergía a partir de biodiesel utilizado como combustible para alimentar centrales termoeléctricas”.  Los biocombustibles, junto a otras energías renovables, cubrirán la etapa de transición entre los de origen fósil (petróleo) hacia otras fuentes de energía más amigables con el ambiente. Si bien este período puede durar entre 40 y 50 años, la Argentina tiene la oportunidad de invertir en energías renovables, ya que es un país excedentario en biomasa, con zonas aptas para aprovechar la energía eólica e hidráulica.
Según Bragachini, el productor agropecuario en los próximos años “debe estar atento y abierto al asociativismo para que estas oportunidades de negocios sustentables puedan transformarse en realidad en origen”.


Biorrefinería en Santa Ana, la primera del país
Una planta piloto de pirólisis rápida en Santa Ana logró tratar el aserrín de la industria forestal y transformarlo en biocarbón, fertilizante y biocombustible.  Se trata de la primera biorrefinería de residuos de la actividad forestal en Argentina.
"Son los primeros productos que se hacen en el país, y en la medida en que la venta va creciendo, crece la escala de la planta", dijo el ingeniero Miguel Melnechuk.
El proyecto fue concebido por Melnechuk, especialista en tecnología de la madera, y su hermano Guillermo, ingeniero electromecánico, a partir de una experiencia similar desarrollada en el complejo universitario de Campinas, Brasil. "Cuando estaba cursando la maestría en tecnología de la madera, en la Universidad Nacional de Misiones, tomé conocimiento de una empresa incubada en Campinas llamada Bioware, que trabajaba con una planta piloto de pirólisis rápida usando bagazo de caña de azúcar", contó Melnechuk. Los ingenieros probaron la misma tecnología para el tratamiento de los residuos de la industria forestal, con el financiamiento de unos 193.000 pesos del Ministerio de Ciencia y Tecnología a través del Fondo Tecnológico Argentino-Fontar. La primera etapa del proyecto consistió en la instalación de la planta piloto para testear el potencial energético de los diferentes residuos de biomasa, que se comprobó a través de un proceso llamado pirólisis o carbonización. La pirólisis consiste en descomponer la biomasa mediante calentamiento en ausencia de oxígeno, transformando los residuos en biocarbón, biooil y gases pirolíticos que pueden ser refinados en productos de mayor valor agregado.
Durante los ensayos, los ingenieros lograron procesar en una hora 2.000 kilos de residuo, obteniendo 200 kilos de biocarbón, 300 de biooil y 100 de extracto ácido. 


Apuntan a elaborar bioetanol en San Javier
SAN JAVIER.  Lograr la diversificación con la destilación de alcohol destinado a combustibles (bioetanol), además de potenciar la comercialización fueron las metas del Ingenio Azucarero San Javier.
El encuentro estuvo presidido por el gobernador de la provincia, Maurice Closs, quien dialogó con los intendentes de la cuenca cañera, el presidente del Instituto de Fomento Agropecuario e Industrial, Ricardo Maciel, y el administrador del Ingenio Azucarero, Benjamín Larroza. Además, asistieron los ministros de Agro y la Producción, José Luis Garay, y de Acción Cooperativa, Fabiola Bianco, el secretario de Hacienda, Adolfo Safrán, y los diputados provinciales Mario Lindheman, Noelia Leyría y Joaquín Olivera.
Closs expresó luego de la reunión: "Hace unos años llegamos a una situación en la que prácticamente la cuenca cañera había desaparecido; se producían 18.000 toneladas y este año vamos a estar cerca de las 65.000”. Para aclarar la situación, el gobernador explicó: “Lo que ocurre es que eso lo tiene que pagar el Gobierno, es quien otorga el dinero al Ifai para que lo haga y significa un gasto de 40 millones de pesos y todavía no se logran los niveles de eficiencia para decir que a mayor producción de caña tenemos más plata en el agro, pero también un mejor resultado en la industria”.

Los objetivos
Para el mandatario provincial, se ha logrado que los colonos tengan un buen ingreso por sus productos pero la industria  sigue siendo deficitaria. Expresó que “este año lo que buscamos es llegar a 65.000 toneladas  de caña procesada y, con un rinde del 8%, lograr 5.200 toneladas de azúcar, vender mejor ese producto y lograr un resultado industrial superior”. Con esa propuesta de trabajo se busca llegar a 2.015 con más producción del sector primario, de 80 a 90 mil toneladas de caña.
Closs puso énfasis al aclarar que “es un éxito que una cuenca de 18.000 toneladas ahora produzca 65 mil; es dinero que queda en la región. El problema es que no viene de la industria sino del Gobierno”. Observó que “hoy el ingenio está funcionando en las condiciones  que tiene, es antiguo, pero se debe entender que hay 500 productores, más todos los fleteros y trabajadores rurales, quienes reciben un precio que casi duplica el de Tucumán. Esto lo pone el Estado provincial y es el Gobierno presente que hace un aporte para que esto funcione”.
Con respecto a las inversiones que faltan para lograr los objetivos, comentó que “ahora están muy ajustadas, hay que lograr la eficiencia y estudiar si puede haber una inversión para generar una línea de producción mayor o exclusiva de algún producto como el alcohol, pero destinado al combustible”.
El ingenio prevé producir este año unos 400 mil litros de alcohol para uso medicinal y consumo. Ahora, el nuevo desafío es obtener biocombustible como subproducto del ingenio. Al respecto, el administrador del ingenio explicó que por el momento la planta elabora alcoholes especiales destinados a la industria medicinal y para aguardientes. “El paso siguiente que se analiza es producir alcohol con el fin de fabricar biocombustibles”, agregó Larroza.
 Tras la reunión, el presidente del Ifai expresó: “Es un elogio que el gobernador venga al ingenio a una reunión de trabajo compartida con los distintos actores del desarrollo de la caña de azúcar”. En referencia a las directivas del mandatario, comentó que “la etapa de mejora de producción en el campo ya la hemos logrado, ahora debemos mejorar la eficiencia en el ingenio y trabajar muy fuerte en mejorar la estrategia de comercialización de nuestros productos”.
Sobre los resultados de la jornada de trabajo, explicó que “el gobernador dio instrucciones puntuales para que aprovechemos la ingeniería montada para la producción de alcohol para combustible y otros derivados de la caña, con el objetivo de tener distintas alternativas y no quedarnos sólo con el azúcar, que es barata por ser de consumo masivo”.
Para finalizar, Maciel remarcó que “hay un compromiso del estado para seguir sosteniendo esto. Hasta hoy el Gobierno provincial ha invertido muchos recursos para que los productores puedan incrementar las hectáreas cultivadas y el ingenio funcione”.
 Agregó que “debemos hacer que esto se autosustente y para ello debemos comercializar lo más variado en productos y al mejor precio posible todo lo que obtengamos de la caña”.