El furor de los grupos de WhatsApp

Miércoles 30 de julio de 2014

Las nuevas tecnologías, tan vigentes y utilizadas en los últimos tiempos, son el centro de una paradoja que desata las más diversas posturas y debates. Unen y conectan a personas que están a cientos de kilómetros de distancia, pero al mismo tiempo aíslan a quienes están sentados frente a frente.
Este análisis, abordado en innumerables oportunidades, no es el motivo de esta nota, sino más bien poner el foco en uno de los sistemas de mensajería y comunicación más populares actualmente: el WhatsApp y sus grupos.
Según un relevamiento que hizo El Territorio, cada usuario tiene entre cuatro y más grupos. Si bien carece de rigor científico, esta encuesta dimensiona el grado de uso que le dan las personas al servicio. Familia, amigos, los chicos/as del club, son sólo algunas de las descripciones.

Los usuarios hablan de las ventajas y desventajas de la nueva forma de comunicarse.
Gimena Figueroa (22) señaló que integra cuatro grupos entre amigos, compañeros y excompañeros de la secundaria. “La ventaja es que pasás información que te puede interesar al instante o te comunicás con varias personas a la vez. Y la desventaja es que hay gente pesada que no para de escribir. Eso, que tenes que bancarte conversaciones que no te interesan”, aseguró la estudiante de Turismo.
La joven también destacó que al tratarse de una forma de comunicación virtual, a veces se presta a malas interpretaciones y enojos. “Hay que tener cuidado sobre cómo uno escribe, porque se puede entender mal”, dijo.
Lucas Ramírez (23) vivió una situación particular en la que el WhatsApp le jugó una mala pasada. “Una vez íbamos a juntarnos todos luego de seis meses sin vernos y organizamos todo. Pero resulta que dije que no podría ir. Y al final una persona me terminó viendo en otro lugar y salió eso en el WhatsApp y ya salieron todos a bardearme porque aquella vez me corté con los demás”, recordó.
El muchacho, que es editor audiovisual, tiene dos grupos. Uno en el que conversa, manda fotos y audios con sus cuatro hermanos. El otro, que llamó “Salida”, lo comparte con sus amigos.
Como estudiante universitaria, a Tamara González (21) el grupo que comparte con sus compañeros de curso le es muy útil para enterarse de las novedades académicas, como horarios de clases, mesas de exámenes y si en una de esas el profesor de alguna cátedra hace paro.
Son más de 30 las personas que difunden información en este grupo. Además tiene otros con las personas con las que hace los trabajos prácticos y amigas de la secundaria.
“Creo que la ventaja de tener grupos es que podés transmitir un mismo mensaje a varias personas, que resulta más fácil tal vez que comunicarse con cada uno por separado. Y la gran desventaja es que no siempre se usa con el fin que se creó y también que quita esa posibilidad de juntarnos cara a cara”, consideró.
Pablo Camargo (24) trabaja en radio y tiene  dos grupos de WhatsApp. A la hora de referirse al servicio de mensajería lo llama “reunión virtual”.
“Todo lo que sea publicado es leído por todos los integrantes y prácticamente no hay excusas de no haberse enterado”, expresó. “El WhatsApp también es adictivo y te vuelve nomofóbico, que son los dependientes del celu. Finalmente, es una manera de adquirir celulares modernos, con tal de acceder a esta aplicación innovadora”, dijo.


Nueva forma de comunicación
Patricia Bertolotti, docente de la cátedra de Comunicación Audiovisual de la carrera de Comunicación Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unam,  dijo en diálogo con El Territorio que el fenómeno WhatsApp “no representa una moda sino una nueva forma de comunicación más impersonal. “La mayoría lo tiene y el que no es porque no tiene WhatsApp. Los adultos se contactan con familiares, antiguos compañeros de la universidad. Se mandan fotos de los hijos. Además es fácil, barato y fluido”, destacó la docente. Sin embargo, dijo que “genera una intromisión del teléfono en la vida. Estamos las 24 horas, los siete días a la semana, con el celular. Es algo que se puede controlar pero es difícil”.