Increíble pero real, la Estudiantina posadeña completó en las primeras horas de ayer las cuatro noches de desfiles en las calles previstas para ayer. Esto es una auténtica rareza ya que la fiesta, en sus más de cinco décadas ininterrumpidas, difícilmente logra escapar de la maldición de la lluvia.
En realidad, la persistencia de los chaparrones que sistemáticamente arruinan la tradicional fiesta de los estudiantes no es una casualidad, sino una consecuencia absolutamente esperable de las condiciones habituales del clima en la región en esta época del año.
Y no es solamente lluvia lo que se padece por estos pagos, sino fuertes temporales con vientos y granizos. Si bien el temporal que cruzó por la región fue benigno con los estudiantes golpeó con fuerza en el norte correntino, principalmente en Santo Tomé. Allí el viento arrancó árboles, postes, paredes y techos. El temporal también se sintió en algunas localidades del sur misionero como Concepción de la Sierra y Apóstoles donde, además de algunos daños, el viento afectó el tendido eléctrico (Página 11).