Preso se tragó una bombilla para motivar que lo envíen a otro penal

Jueves 24 de abril de 2014 | 11:48hs.
Cruzó la barrera. | De la lógica y su vida corre peligro.

Un interno recientemente alojado en la Unidad Penal II de Oberá se tragó una bombilla y un pedazo de hierro con la intención de forzar su salida de la cárcel local y lograr su traslado a la Unidad Penal III de Eldorado, donde reconoció que tiene mayor acceso a las drogas que consume.

 

Se trata del ciudadano brasileño Mauro De Paula, quien hace diez días protagonizó un intento de fuga de la cárcel de Loreto junto a dos cómplices. Luego fue alojado en el penal obereño, donde tiempo atrás estuvo detenido y protagonizó varios incidentes.

 

Fuentes del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) confirmaron que De Paula se encuentra purgando una condena por homicidio calificado y es considerado un interno de extrema peligrosidad.

 

A las pocas horas de estar alojado en Oberá, el brasileño habría comenzado a padecer síndrome de abstinencia y, con tal de obtener alguna sustancia, no midió las consecuencias de sus acciones e ingirió los peligrosos elementos. “Estaba desesperado y se tragó una bombilla y arriba un pedazo de fierro de unos diez centímetros. Suena imposible pero no es la primera vez que pasa en la cárcel. Hace una semana está internado en el Hospital Samic y su estado es delicado”, señalaron.

 

Respecto de la situación del reo, precisaron que “según las placas que le hicieron el lunes los elementos ya están en el intestino delgado y si le operan le tendrían que sacar muchos metros de intestino. Por eso, ahora le están dando vaselina líquida para ver si puede expulsar vía anal. Está con muchos dolores, lógicamente. Lo que hizo es una locura”.

 

En tanto, justificaron que tamaña decisión tendría relación directa con su adicción a los psicofármacos, como también con la posibilidad de estar más cerca de su familia, que reside en el Norte de la provincia. “La realidad es que en Eldorado los controles son más permisivos. Él (por De Paula) pretendía que acá le demos clonazepam como hacen allá, pero por cuestiones presupuestarias no tenemos ni se receta. También es cierto que atrás de eso hay un gran negocio que escapa al servicio”, opinaron.

 

En ese sentido, reconocieron que “es una cuenta pendiente trabajar mejor con los internos que padecen adicciones, porque después hacen cualquier cosa en la desesperación de calmar sus vicios. Ahora está en el hospital y es todo un trabajo extra, porque tiene que tener una guardia y eso exige toda una logística”.

 

Tal como público este medio, en la madrugada del lunes 14 el personal de Loreto detectó a tres reos limando los barrotes de la celda donde estaban alojados con la intención de acceder al patio exterior y darse a la fuga.

 

De Paula fue sindicado como el cabecilla del grupo que intentó burlar la seguridad del penal. Según fuentes internas, los tres internos habrían sido duramente reprimidos por los guardias, al punto que uno de ellos debió ser atendido por un médico.

 

El brasileño fue trasladado a Oberá para descomprimir la tensión que dejó en Loreto la reprimenda los uniformados.