Malvinas, la estafa

Lunes 27 de octubre de 2014 | 21:00hs.
Carlos Celano, un inmigrante italiano y ex combatiente de la Primera Guerra Mundial, entregó un retrato de su autoría del general Don José de San Martín. El piloto Federico Krusse, representante de Wanda, donó el importe de los premios que ganó en una carrera. El mismísimo obispo Kemerer cedió un crucifijo de oro que constituía una reliquia histórica y cultural. Hubo incluso un vecino del barrio Tajamar, Mariano Eliseo Aguirre, que puso a disposición un riñón; según consta en acta oficial.
Como éstos existen otros tantos casos de ciudadanos que se comprometieron con una causa nacional que terminó siendo una gran estafa: Malvinas.
El 2 de abril de 1982 flameó la bandera celeste y blanca en el territorio austral ocupado por los ingleses desde 1833. Y el fervor patriótico disparó una sólida demostración de solidaridad. Fue la mayor colecta de la historia argentina.
El país estaba movilizado por una guerra que prometía recuperar la soberanía en las islas. Misiones no fue la excepción. La gente se desprendió de sus anillos, sus relojes, sus cadenas, terrenos, casas y un sinnúmero de recuerdos ocultos en vestimentas, frazadas, bufandas. Los que no tenían bienes, por ejemplo, donaban sus perros de raza. Yerba y té también eran parte obligada en la lista de donaciones que partían desde la tierra colorada.
Asimismo, se organizaron torneos deportivos, festivales, peñas. Se instalaron alcancías en las Municipalidades y hasta en las escuelas. Todo eso paralelamente al aporte voluntario en la cuenta Fondo Patriótico Malvinas Argentinas que estaba habilitada en el Banco Provincia.
Pasaron 32 años de aquel conflicto bélico que dejó heridas en la buena fe del pueblo. Se sabe que lo donado jamás llegó a la trinchera, donde los soldados eran golpeados no sólo por el enemigo sino también por el frío, el hambre y la indiferencia de sus líderes uniformados.
Siempre sobrevoló la premisa del engaño e incluso hace un par de años los medios nacionales avanzaron en echar luz a esta idea. Pero hoy El Territorio exhibe en estas páginas las pruebas de la solidaridad estafada. Resulta casi imposible unificar los números de la colecta: están las cifras que figuran en los inventarios oficiales y también aquellas que ocupan lugar en los archivos del diario.
Sin embargo, para tener una idea se pueden esbozar algunos datos. El 11 de mayo del 82, el gobernador Bayón había informado que se habían recaudado hasta ese momento 3.380 millones de pesos ley que, a cotización de la época, eran unos 152 mil dólares. Por otro lado, sólo en Defensa Civil se sumaron, en más de 100 donaciones depositadas a dicha cuenta, 452 millones de pesos, es decir, unos 21 mil dólares.

¿Dónde están esas cosas?
El testimonio de los veteranos de Malvinas es el documento más fehaciente de que la generosidad del pueblo argentino nunca llegó a destino.
Por un lado, se desconoce el destino de todo lo recaudado en el Fondo Patriótico Malvinas (dinero, joyas, terrenos). Por otro, aquellas donaciones de alimentos y abrigos que sí llegaron a las islas no tuvieron su destino final en el campo de batalla, quedando guardadas, en los galpones del puerto.
“Recuerdo perfectamente, 14 de junio, día de la rendición, estábamos en Puerto Argentino con mi colega y dormimos en unos galpones. Ahí vimos la cantidad de mercadería que había: alimentos, ropa, de todo. Y nos preguntamos ¿por qué no nos habían entregado esas cosas?”, recuerda con nostalgia el ex combatiente Roque Gómez.
Roque (58) combatió en Malvinas cuando tenía 24 años y ejercía el grado de sargento. Antes de partir de su Misiones natal pesaba 70 kilos, a su regreso no superaba los 38 kilos. “Con suerte comíamos una vez por día”, señala. Sus camaradas Juan Barreyro (58) y Cacho Rotela (52) tienen historias similares, en tanto aseguran que cada uno vivió la guerra de manera diferente.
“Sería interesante que alguien responsable del Gobierno diga qué pasó con esas donaciones. No para reclamar nada sino para que el pueblo sepa la verdad”, asevera Gómez.
Hubo en 1985 una intención de restituir todas las donaciones pero hasta el día de hoy aquella iniciativa navega en mares de incertidumbre. Por decreto 459, el 19 de febrero, el Gobierno dispuso la creación de una comisión especial que tuvo a su cargo el estudio, elaboración de las normas y condiciones para regir el procedimiento de restitución, a sus legítimos propietarios, de los bienes donados con destino al fondo patriótico, durante el operativo montado por la Dirección de Defensa Civil en abril de 1982.
Meses después, en agosto de 1985, por decreto 3097 el Gobierno aprueba la restitución de todos los bienes. “El gobernador (Barrios Arrechea) tomó la decisión de devolver las joyas. Había anillos, medallas, anillos de compromiso, relojes de oro, medallas de 25 años… la mesa estaba llena. Fue absolutamente desordenado porque no teníamos un listado, no sabíamos a quién pertenecían. Se trató de hacer lo más público posible”, se explaya el ex ministro de Gobierno, Ricardo Argañaraz, en diálogo con este medio, en referencia a una conferencia de prensa en la cual se mostraba que las donaciones no habían llegado a los fondos para una guerra pergeñada por la dictadura.
Los años pasaron y Malvinas se convirtió en una efeméride del calendario. No hubo sanciones, nunca se encontraron irregularidades burocráticas en la utilización de esos fondos y ningún funcionario fue imputado por delito alguno.
Malvinas fue para los militares el último recurso de un gobierno en decadencia, que estaba siendo absorbido por la inflación y las sombras de los desaparecidos.
A la vez, para los jóvenes soldados y para los argentinos de todas las latitudes fue sinónimo de valor, solidaridad, lealtad, confianza. En honor a ellos, ese capítulo de la historia revive aquí y ahora.


La colecta
13 de abril 1982.. Malvinenses y soldados argentinos en la primera emisión de TV. El canal de televisión LU78 Canal 7 “Islas Malvinas” cedido por el Gobierno de Misiones e instalado por técnicos de LT 85 Canal 12.
5 de mayo 1982.. Carlos Celano, ex combatiente de la Primera Guerra Mundial, donó un cuadro de San Martín.
5 de mayo 1982. . Cámara Elaboradora de Té Argentino donó unos 5 mil kilos de té.
11 de mayo 1982. . La afición respondió al llamado. Carrera de autos convocada por la Municipalidad de Oberá e instituciones privadas y el Automóvil Club Oberá.
24 de mayo, 1982. . Los estudiantes secundarios organizaron un evento "Malvinas Estudiantina presente" en el anfiteatro.


Por Griselda Acuña
sociedad@elterritorio.com.ar


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