Las dos personas viajaban a bordo de un Chevrolet Meriva, tenían como destino final a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Al llegar al control caminero antes mencionado y al pedirles la documentación del rodado y personales, el conductor evidenciaba una notable exaltación en su conducta para con los uniformados, por lo que se le invitó a descender rodado.
Momentos después a la apertura del baúl, donde en un doble fondo del mismo y del piso del habitáculo, se constató la presencia de paquetes rectangulares envueltos en papel tipo aluminio y cinta, totalizando 288 panes de la droga.