Un centenar de familias esperan que baje el río para volver a sus casas

Jueves 2 de octubre de 2014 | 07:02hs.
Atemorizados. | En El Soberbio hay 50 casas inundadas y los afectados esperan la relocalización a terrenos seguros.

En la tarde noche de ayer el río Uruguay se asomaba a los 16 metros en El Soberbio y mermó su tendencia creciente, con lo que dio respiro a los habitantes de la costa.


El último informe de Prefectura sobre el comportamiento del Uruguay registró una altura de 15,98 a las 18 y con un ritmo de crecimiento de cinco centímetros por hora y tendencia estacionaria en el norte.


En tanto, durante toda la jornada continuaron las acciones de asistencia a los afectados por la crecida y esperaban avanzar con la relocalización definitiva de los ribereños del barrio Unión, con la dotación de luz y agua a las nuevas construcciones del Iprodha.


El comité de crisis señaló que el río comenzó a bajar del lado brasileño y hay 80 familias evacuadas en casas particulares y en espacios comunitarios como el edificio de la Epet 39, el salón Santa Marta de la parroquia Cristo Rey y en la Cooperativa esenciera Río Uruguay.


Los afectados relataron los momentos de incertidumbre que están viviendo. Ulises, del barrio Chivilcoy, tuvo que dejar su casa el martes, por la crecida repentina del agua: “No sabía qué hacer, si juntar mis cosas e irme o si quedarme. El río casi alcanzó los 17 metros, mi señora pasó mal porque le aflige mucho toda esta situación”.


Y lamentó que “no pasó nadie a avisar nada sobre hasta adónde va a llegar el agua, pasaron los bomberos, se ofrecieron a ayudarnos a sacar las cosas y así hicimos”.


Mientras, Solange -la esposa de Ulises- se mostró impotente ante el comportamiento de la naturaleza: “Uno se asusta, no sabemos qué vamos a hacer, comencé a sacar las cosas y me invadió una tristeza tremenda, se me hizo un nudo en el estómago y me descompensé. No dan más ganas de volver a nuestra casa sabiendo que esto se puede repetir en cualquier momento”.
Otro lugareño repitió el reproche acerca de la ausencia de información confiable.


“Cada uno se tiene que rebuscar con la información, ya que datos oficiales no existen, nadie informa nada. La experiencia de las inundaciones pasadas y datos de la represa de Foz do Chapecó publicados en internet, es lo único que tenemos”, dijo Jorge Besold, comerciante que sufrió daños en su local y su vivienda durante la crecida de junio pasado. “Todavía hay personas que siguen esperando un prometido subsidio que sería la ayuda aún pendiente de la inundación pasada, que iba a otorgar el Estado, y nunca llegó”, añadió.

Asistencia a los damnificados
En Misiones, sumaban ayer más de 200 familias afectadas por la crecida del río en toda la costa, y casi un centenar no pudo regresar a sus casas todavía. Los pasos fronterizos seguían cerrados.


Los Saltos del Moconá quedaron tapados por el agua, que inundó el camino de ingreso.


Además, las tormentas y granizadas del inicio de semana, ocasionaron daños en viviendas y chacras.


En Dos de Mayo, localidad que fue afectada por un fuerte temporal de vientos y lluvia, el intendente Luis Franke, en diálogo con El Territorio, confirmó que 50 viviendas y galpones resultaron dañados.


Si bien no hubo que evacuar a los vecinos afectados, la necesidad más inmediata es conocer cada caso para solventar las necesidades y así prever otro posible desastre.


Indicó que junto al Ministerio de Desarrollo Social lograron conseguir las chapas para los techos de algunas casas y galpones, pero aún continúan gestionando alimentos y ropa para los afectados.


Asimismo, en Panambí, los vecinos afectados por la suba del río esperaban el aviso de las autoridades para volver a sus hogares.


Parecido panorama tenía anoche la localidad de San Javier, lugar en que 15 familias debieron dejar sus precarias viviendas en la costa del río Uruguay y se alojaron en salones comunitarios y en domicilios de parientes, hasta que se normalice la situación.


En tanto, la Municipalidad local buscaba acelerar la entrega de las casas levantadas por el Iprodha que fueron adjudicadas a los habitantes de terrenos inundables luego de la crecida histórica de junio pasado. Las construcciones están casi finalizadas, tienen agua de red y proyectaban comenzar con una instalación de electricidad provisoria.


El caudal de agua caída hizo desbordar también a los arroyos y colapsó el sistema de drenaje pluvial en la zona urbana, por lo que varias familias quedaron inundadas.


El intendente local Rubén de Lima Natividade detalló: “Nuestra prioridad es que la gente pueda instalarse en sus viviendas nuevas y más seguras, faltan algunos detalles y vamos a pedir a Emsa que coloque la luz”.


Señaló que “el panorama actual no se iguala con la magnitud de la crecida de junio, pero algunos daños quedaron y estamos evaluando la situación para poder asistir”. Acción Social distribuyó alimentos entre los evacuados, falta mensurar las pérdidas en zonas de cultivos y corrales. “Algunos animales se perdieron, también algunos cultivos, empezamos el relevamiento”, dijo.


Santo Tomé en alerta y con evacuados
Para la tarde de ayer el Uruguay alcanzó su nivel de alerta en Santo Tomé, con 11,50 metros. El Comité de Emergencia decidía, la evacuación de las familias ribereñas. En primera instancia, se evacuaron las olerías ubicadas en la costa. Desde la Prefectura de Santo Tomé señalaron que, a modo preventivo, se organizó un sistema de movilidad fluvial similar al que se llevó a cabo en julio pasado.


Para las 12 del mediodía, la altura del río era de 11,15 metros, con un ritmo de crecida de 5 centímetros por hora, lo que hacía peligrar la transitabilidad sobre puentes y caminos.


A un ritmo de 10 centímetros por hora, se preveía que el río alcanzaría los 14 metros, y dejaría inhabilitado la circulación sobre el puente Itacuá.


Se espera que mañana empiece a estabilizarse en río.


Otro dato alentador es que en Chapecó días anteriores tenían un nivel de vertimiento importante, y desde las 7 de la mañana de ayer empezó a bajar el caudal de desalojo de esa represa.