Día de Reyes, visita y adoración al Niño Jesús

Jueves 6 de enero de 2005 | 00:01hs.
En esta fecha los cristianos conmemoran la Epifanía del Señor o la visita de los Reyes Magos, es decir la manifestación o presentación en público del Niño Jesús. Se llama así esta fiesta porque en ella se recuerda como Jesús se manifestó ante los Magos para ser adorado. Esta fiesta se celebra en la Iglesia Católica desde el año 400.
El evangelio de San Mateo es el que se encarga de narrar los detalles de la adoración de los Magos al Niño Jesús.
Por aquellos tiempos  llamaban en Oriente Magos a ciertos sabios que se dedicaban a estudiar los astros y a profundizar en ciencias religiosas, y se les consideraba como personas de gran santidad y sabiduría, que empleaban su vida en la búsqueda de la verdad.
El evangelio no dice cuántos eran pero el Papa San León dice que probablemente eran tres. Y esto lo deduce de los tres regalos que le trajeron. La tradición les ha dado los nombres de Gaspar, Melchor y Baltasar.
Los magos venían de los países de oriente se cree que provenían de Israel, Arabia, Persia (o Irán) y Asiria o Babilonia (Irak). Muchos piensan que probablemente eran persas, porque las gentes de ese país eran muy religiosas.
Se presentaron en Jerusalén diciendo: "¿dónde está el rey de los judíos que ha nacido?". Tuvieron que averiguar en Jerusalén porque al llegar a esa ciudad desapareció la estrella que los venía guiando. Y de esto se valió Dios para anunciar en esa Ciudad Santa el nacimiento de su Hijo.        

El Rey Herodes

Herodes era un rey sumamente desconfiado y mataba sin más ni más a toda persona que a él le pareciera que le podía quitar el puesto de rey. Así mató a su esposa Mariamme, a su madre Alejandra y a su hijo Anipater y a sus dos nietos Alejandro y Aristóbulo.
César Augusto decía por burla que mejor ser Cerdo de Herodes (cerdo se dice "Hus") que ser hijo de Herodes (hijo se dice "Huios").
Así que en casa de Herodes era más seguro ser "Hus" (cerdo) que "Huios" (hijo) porque a los cerdos no los mandaba matar, pero a los hijos sí.
 Herodes se llenó de afán al saber que había nacido un niño que iba a ser rey. Y tuvo miedo de que le pudiera quitar a él su alto puesto.
Jerusalén también se llenó de emoción por dos causas: por miedo a las medidas de crueldad que Herodes podría tomar contra todos los niños recién nacidos, y por la esperanza de que ahora sí hubiera llegado el tiempo de tener un rey que les concediera la libertad y el mando. Convocó a los Sumos Sacerdotes y a los escribas y les averiguó el sitio donde debía nacer Cristo.
 Ellos eran los que más conocían la Biblia y podían darle la respuesta precisa. Y así lo hicieron. Ellos le dijeron: En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta.
Herodes llamó a los magos y  averiguó el tiempo de la aparición de la estrella. Quería saber desde qué edad debía mandar matar los niños.
Todos los que hubieran nacido en los años cercanos a la aparición de la estrella. Al salir de Jerusalén vieron otra vez la estrella y se llenaron de alegría y ella los guió y se detuvo encima del sitio donde estaba el Niño.  
Entraron en la casa y encontraron al Niño con su madre María y arrodillándose lo adoraron. Abriendo sus cofres le ofrecieron oro, incienso y mirra.  

El significado de las ofrendas

Los magos al encontrar al hijo de Dios se postraron y le obsequiaron sus ofrendas, oro, incienso y mirra. Cada uno de los regalos tenía un significado especial:
Oro: es lo que se llevaba de regalo al primer mandatario de la nación. Jesús es rey.
Incienso: se le llevaba de regalo a los dioses en sus templos. Jesús es Dios. Hijo Unico del Unico Dios.
Mirra: es un ungüento muy costoso. Se empleaba mucho para evitar que los cuerpos se pudrieran en el sepulcro.

Actualidad

En la actualidad aún se recuerda esta fecha. Una de las tradiciones es la de otorgar presentes, en especial a los niños. El brindarle regalos corresponde a la conmemoración de la generosidad que estos Magos tuvieron al adorar al Niño Jesús y además es una manera de hacerle vivir hermosa y delicadamente la fantasía del acontecimiento y a los mayores como muestra de amor y fe a Cristo recién nacido.