Mágica aventura de los nacidos a la medianoche

Domingo 20 de abril de 2014
Hijos. | Al nacer fueron intercambiados. | Foto: Gentileza
Se nota en toda la película que la cineasta, Deepa Mehta, ha tenido una larga trayectoria en muchos ámbitos, pues esta producción tiene toques de fantasía, heredados de su etapa como guionista de películas para niños, pero también tiene su sello de identidad en la trasmisión de los sentimientos, algo que le ha dado en su pasado, con su primer trabajo en solitario, Sam y yo, una Mención Especial del Jurado de la Cámara de Oro del Festival de Cannes.
Por si fuera poco, sabe lo que gusta para vender un producto en Estados Unidos, pues ha dirigido varios episodios de la serie de televisión Las aventuras del joven Indiana Jones, lo que la permite que Hijos de la medianoche tenga ingredientes de aventuras y acción que nada envidian a las grandes producciones.
Hijos de la medianoche cuenta como, coincidiendo con la medianoche del 15 de agosto de 1947, mientras la India proclama su independencia de Reino Unido, una comadrona de un hospital de Bombay intercambia las etiquetas de identificación de dos bebés recién nacidos. Saleem Sinai, el hijo ilegítimo de una mujer pobre, y Shiva, el vástago de una pareja adinerada, se ven abocados a un destino que no les correspondía. Sus vidas se entrelazan de un modo misterioso, además de estar unidas de forma inseparable en el turbulento devenir de la nación india, en sus victorias y en sus desastres.
 Ciertamente se trata de una forma nueva, fresca y sorprendente de narrar la terrible historia de la India, donde no puede faltar el dolor, pero se compensa con la poesía, tanto visual como argumental de la cinta. No hay que esperar, a pesar de que Mehta es india, que refleje su mirada de su país con los mismos ojos con los que la gustaría mirar debido al sistema político del gobierno, que choca con las ideas liberales que buscan acabar con la corrupción. Gracias al guión Rushdie, y la dirección de Mehta, Hijos de la medianoche no sólo se transformó en una película, sino que es una especialmente buena, con un amplio reparto y un guión sólido que se mantiene a lo largo de múltiples ubicaciones y con una trama abundante, guiada por la propia voz del autor de la novela, que hace las veces de narrador.